miércoles, 23 de diciembre de 2020

Obreros de fábrica yendo a trabajar a Mather&Platt, Manchester, en la nieve

Este trabajo de L.S. Lowry titulado: "Obreros de fábrica yendo a trabajar a Mather&Platt, Manchester, en la nieve" es un óleo sobre tela de 457x609mm pintado en 1943. Muestra a una enorme cantidad de personas yendo a trabajar desde todos los puntos de la ciudad a una fábrica durante un día de invierno, destacando los colores cálidos como el naranja y el rojo por sobre los grises y negros. Los obreros están pintados en perspectiva, con mucho dinamismo, y si miras el Zeppelin que está justo arriba de la fábrica, tratando al mismo tiempo de ver cómo se relaciona con el resto de los elementos en la pintura, provoca una incómoda ilusión de movimiento que obliga volver la vista a los trabajadores que caminan en el piso, todos ellos con detalles individuales como sombreros, carteras, y otros accesorios. 

Al lado de la fábrica hay otro edificio de igual color y similar tamaño, pero con una torre de vigilancia que no tiene la fábrica. Pensé que sería una iglesia y que podríamos interpretar esta pintura como el flujo de la gente a lugares a los que debe ir (sobre todo en 1943). Pero no hay ninguna cruz en la parte más alta de la torre, sino más bien, una antena. ¿Es acaso una cárcel? De ser así, es interesante la relación que aparece entre un edificio al que todos deben entrar vs el edificio del que nadie debe salir ya que, a partir de cierta hora del día toda esa gente estará inevitablemente dentro de uno de los 2 edificios, sintiendo, tanto en la cárcel como en la fábrica, una pérdida de libertad y un encierro obligatorio.  Es una pintura de 1943. Casi 80 años después, ¿Cuántos de nosotros no nos hemos sentido alguna vez prisioneros antes que trabajadores? presos de malos empleos, en donde más que trabajar para vivir, parecíamos estar pagando rescate o sobornando a un carcelero tácito para no ejecutarnos de mes a mes? La escenografía cambió, pero la escena es la misma. Por eso esta pintura resulta tan tremenda, porque para muchos será fácil reconocerse en los trabajadores.

Por otro lado, cuando vi esta pintura asocié esa enorme cantidad de gente caminando a la fábrica con toda la gente agolpándose a la salida de los malls, repletando ferias navideñas para poder comprar un respiro (representado en un objeto) de este 2020 que no se acaba. En otros países las calles están vacías, todos preocupados por la segunda ola y la nueva cepa del coronavirus, pero acá, la calle es un hervidero humano que se mueve en bloque de un lado a otro. Pensé al principio que no hemos aprendido nada desde el estallido, pero luego, Paulina me hizo ver que para mucha gente, comprar, aunque sea algo innecesario (o precisamente por eso) da una satisfacción inmediata que compensa los meses y meses de encierro, de miedo, de incertidumbre y de sentirse abandonados. Me explicó también que ir al psicólogo es mucho más caro que comprar algo que uno quiera tener, aunque no lo necesite, sólo para des-enloquecerse y, lamentablemente, a crédito es la única manera en la que compra más del 70% de la población en Chile, así que eso de "cómprale a tu amigo emprendedor" es bueno, pero poco factible para mucha gente.  

"God bless us every one".