viernes, 2 de diciembre de 2016

Estudio de Inocencio X de Francis Bacon, 1953

¿Qué pasa por la mente de un artista cuando estudia una y otra vez la pintura de un papa del siglo XVII que estuvo influenciado por una codiciosa cuñada y abandonado por ella a su muerte? La pintura de Velazquez de 1650 muestra un anciano Inocencio X, de mirada fría y labios apretados, como juzgando y despreciando al espectador desde una superioridad moral, social y racial de la que se sabe dueño. La forma en que ese papa mira al público es inquietante, pero entendible para la época.

La obra de Bacon, por el contrario, es inquietante no sólo por la interpretación de dicho papa, sino por todos los significados que pueden dársele. En este nuevo estudio del papa Inocencio X de 1953, que está en el Des Moines Art Center en Iowa, EEUU y que es un óleo sobre tela de aproximadamente 152x190 cm. se muestra la escalofriante imagen de un papa anciano, desfigurado por un grito agónico y por una serie de trazos verticales que caen sobre él como electrocutándolo. Sus manos se aferran a su sillón papal que le aprisiona las piernas con trazos amarillos y negros, similares al andador macabro de un bebé que le impide levantarse o moverse. El blanco y amarillo (colores papales) destacan en esta obra, pero parecieran maniatar al anciano que grita desde su sillón.

Pienso que esta obra se levanta como un estandarte para todos los que observan a las religiones y a sus líderes desde afuera y desconfían de ellos. La imagen de este papa podría representar la forma en que los líderes religiosos (y muchos de sus seguidores) son percibidos por los no-religiosos: criaturas espeluznantes, que nos gritan agónicos su forma de concebir el mundo, conscientes de su propia sujeción, pero aterrorizando a todos por la ferocidad de su poder. Por otro lado, podría representar también la cara oculta de la autoridad en general, pero sobre todo la autoridad de la Iglesia, como por ejemplo: la pedofilia sistemáticamente escondida y aceptada por los altos rangos de dicha institución (ver "Spotlight"). Posiblemente signifique muchas otras cosas más, pero para mí, esta pintura representa la carcajada diabólica y adolorida de un ser consciente de su propio poder y maldad, gozoso de mantener la apariencia de santidad a la que el resto cree que aspira.